Cálculo del lucro cesante
A la hora de calcular una indemnización por accidente de coche, la cifra final surge de la suma de toda una serie de conceptos a estimar. A fin de cuentas, cuando uno es víctima de un incidente en la carretera, las consecuencias para su vida pueden ser múltiples y llevar aparejados distintos tipos de menoscabo económico. Por eso es importante conocer todos los apartados de este tipo, previstos en la legislación y de los que se nos puede resarcir a través de la indemnización que legítimamente nos corresponda. El de lucro cesante, quizás, sea uno de los conceptos menos conocidos y nos vamos a detener en su naturaleza y regulación.
Para explicarlo tenemos que remitirnos primero a una de las grandes categorías de perjuicios consideradas por nuestro ordenamiento jurídico: los perjuicios patrimoniales. Frente a las compensaciones a baremar por lesiones o secuelas de accidente de tráfico, en este caso hablamos de las pérdidas de carácter estrictamente material cuya causa se puede atribuir al accidente.
Existen dos tipos de perjuicio patrimonial: el daño emergente y el lucro cesante, cuya existencia es establecida por el Código Civil en su artículo 1.106, si bien no recoge esta terminología concreta. Dice así: La indemnización de daños y perjuicios comprende, no sólo el valor de la pérdida que hayan sufrido, sino también el de la ganancia que haya dejado de obtener el acreedor.
De esta manera, frente a las pérdidas materiales concretas sufridas a causa del accidente y que podemos englobar bajo el epígrafe de daño emergente, el lucro cesante se corresponde con la previsión de perder ganancias que se contaba con obtener y que ya no son posibles debido a las consecuencias del siniestro. En otras palabras, se trata fundamentalmente del dinero que dejas de ganar a causa del suceso.
Como aclaración, aunque generalmente estos conceptos se pueden asociar a pasado y futuro, un aspecto que cabe no perder de vista es que cuando hablamos de lucro cesante nos referiremos siempre estrictamente a ganancias no obtenidas, y en ningún caso a pérdidas sobre el patrimonio previamente existente, se produzcan cuando se produzcan. Podemos decir que pérdida/ganancia es en realidad la verdadera línea divisoria entre daño emergente y lucro cesante.
El ejemplo más sencillo y común de lucro cesante sería el de los salarios que no se obtienen por no poder trabajar mientras se está convaleciente de lesiones. No obstante, en este caso habría que restar a la reclamación de todo salario previsto lo que se cobre en materia de pensiones por incapacidad temporal. Existen otros diversos escenarios. Podemos pensar en la pérdida de oportunidades de negocio que estuvieran acordadas y dependieran de materiales destruidos en el accidente. El obstáculo en cualquier caso está en poder acreditar no ya solo su existencia, sino también la cuantía exacta que se considera que se va a dejar de percibir.
¿Cómo reclamar por lucro cesante?
Por su propia naturaleza, el lucro cesante plantea una serie de retos a la hora de hacer efectiva una reclamación. Y es que sobre cualquier adjudicación de un ingreso futuro pesa un componente de hipótesis en menor o mayor medida. Por eso mismo, en la jurisprudencia se ha ido asentando un criterio restrictivo sobre la validación de solicitudes de compensación por lucro cesante.
Esto se traduce en la exigencia por parte de los jueces de pruebas fehacientes de esas ganancias que se han perdido o se van a perder, con obligación para el interesado de presentar indicios que acrediten y prueben el lucro cesante en toda su extensión. Es decir, probar en primer lugar el nexo causal entre el acto sucedido y el potencial perjuicio para la ganancia patrimonial, y en segundo lugar la certeza de que esta se iba a producir de no ser por el accidente.
En este sentido, a falta de documentación específica en muchos casos, es posible construir una reclamación debidamente argumentada; por ejemplo, basándose en la extrapolación de ganancias regulares anteriores al accidente.
Si consideras que existe una base fundamentada para que obtengas una compensación por este concepto en el contexto de un accidente en el que te hayas visto perjudicado, lo mejor es que cuentes con el asesoramiento que te puede prestar una firma como Indemnización por Accidente. No solo podemos trabajar por conseguir la máxima cantidad que te corresponda en justicia, sino que te informaremos con transparencia acerca de las opciones a tu alcance y su viabilidad.