No estamos descubriendo nada nuevo, está comprobado que con el paso de los años las capacidades psicomotrices de las personas se van mermando lo que puede afectar a la conducción. En nuestro bufete de abogados de accidentes de tráfico en Madrid queremos hacernos eco de un estudio elaborado por el Real Automóvil Club de España y Liberty Seguros sobre la seguridad vial en la tercera edad. Los datos del mismo son concluyentes, alrededor de 500 personas que superan los 65 años pierden la vida en las carreteras de nuestro país cada año.
No es la primera vez que se realiza un estudio de estas características que, además, es itinerante. El objetivo último de estas investigaciones es concienciar a la población sobre los riesgos que entraña circular en vehículo para una persona de edad avanzada. Pero, también es destacable que el 33% de los fallecimientos en vías urbanas tienen como víctima una persona de la tercera edad. En este sentido, será esencial enseñar a este colectivo de la población a adaptarse a los cambios en circulación vial, adaptarse a los entornos urbanos y mejorar sus condiciones físicas y mentales, llevando a cabo una vida saludable.
Para mejorar las condiciones de seguridad de los colectivos más vulnerables como son los niños, personas con discapacidad o ancianos existen varias medidas como reducir el tamaño de los bordillos o extremar las sanciones por superar el límite de velocidad permitido en estas áreas. En la mayoría de los casos, los atropellos se producen como consecuencia de superar la velocidad permitida en este tramo de vía.
Desde Indemnización por Accidente queremos destacar las cifras aportadas por la Dirección General de Tráfico (DGT), que señalan que las personas de la tercera edad son las víctimas del 11% de los todos los accidentes que se producen. Casi el 30% de las personas fallecidas en accidentes de tráfico superan los 65 años de edad.
Según nuestra experiencia como abogados de accidentes de tráfico, estas iniciativas son todo un acierto ya que contribuyen a concienciar a los mayores sobre los riesgos que corren y les enseñan a minimizarlos. Además, es una buena forma de estudiar el papel de los elementos arquitectónicos en los accidentes por atropello.