La producción de vehículos dentro de nuestras fronteras ha caído en lo que va de año. En 2017 se redujo en un 1,5% respecto al año anterior. Como abogados especialistas en accidentes de tráfico, sabemos que la totalidad de coches fabricados en nuestro país no se comercializan en España. La debilidad del mercado de vehículos en Reino Unido y Turquía son capitales en esta información. Desde la patronal de fabricantes de vehículos en España consideran que este mercado volverá a rozar los tres millones de coches, pero en ningún caso se superará dicha cifra.
Sin embargo, la fragilidad de los mercados en los que solemos comercializar nuestros vehículos no parece ser la única causa para caída de la producción. Las expectativas no son demasiado halagüeñas, ya que por otra parte, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con gravar con un arancel del 25% las importaciones de vehículos en sus dominios.
En cualquier caso, existe otra cuestión de peso que, además, afecta a la seguridad de la sociedad española. Nos referimos a la edad avanzada del parque automovilístico nacional. La media de edad de los coches en España supera los 12 y se sitúa por encima de los máximos históricos registrados en el año 2002. De toda la geografía nacional, los vehículos más envejecidos son los gallegos, cuya media de edad alcanza casi los 14 años.
Consecuencias de conducir un coche de más de 10 años
Conducir un coche de más de diez años reduce drásticamente la seguridad en la circulación vial. Por ejemplo, en caso de accidente se duplican las posibilidades de que haya víctimas mortales.
De hecho, según un estudio realizado por la firma de seguros Línea Directa el número de siniestros en coches de más de 15 años se incrementa en un 78%. Esto se puede entender mucho mejor si tenemos en cuenta que los coches nuevos desarrollan innovaciones que mejoran las condiciones de seguridad. Además, el paso del tiempo supone el desgaste de los componentes, lo que puede favorecer el accidente.
La contaminación es otra cuestión a tener en cuenta. Tal es así, que la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) ha endurecido sus criterios para acreditar la seguridad y el estado óptimo de los vehículos. El control de las emisiones de humos es una de las medidas que más quebraderos de cabeza dan a los usuarios y no es para menos. Los coches diésel contaminan y las emisiones de humos suelen ser más elevadas de las estipuladas como idóneas para pasar dicha revisión.
Las cifras del parque automovilístico español no dejan de sorprendernos. Sobre todo si tenemos en cuenta que 100 coches matriculados a día de hoy contaminan lo mismo que uno solo de los que se vendían en los años 70. Resulta curioso que, aunque las cifras de ventas no caen en picado, la media de edad de los vehículos en nuestro país no rejuvenece demasiado.
La explicación a este hecho es muy sencilla. La mayoría de los propietarios de vehículos antiguos que adquieren uno nuevo no mandan el anterior al desguace, sino que lo venden. El número de coches en funcionamiento en nuestro país no deja de aumentar. Según datos del año pasado, el número de coches activos fue de 507 por cada 1.000 habitantes. Una cifra nada desdeñable, que explica más si cabe porque debemos comenzar a preocuparnos por la contaminación y las emisiones de gases nocivos a la atmósfera.
Además, desde Indemnización por Accidentes queremos destacar que del total de coches vendidos en 2017 más de la mitad tenían más de 10 años y más de 166.000 superaba las dos décadas en funcionamiento. Es cierto que la crisis económica que hemos vividos en los últimos años ha disparado todas las alarmas. Momento en el que comenzó a crecer el número de vehículos antiguos en circulación. Pero las condiciones de seguridad constituyen un argumento de peso para reflexionar sobre la viabilidad de los coches más viejos.
En nuestro bufete, especializado en calcular la indemnización pertinente en caso de accidente, queremos destacar que la seguridad vial es una cuestión fundamental para evitar los siniestros y otros males mayores derivados de los mismos. Las pérdidas materiales y físicas podrían verse reducidas si se renovara el parque automovilístico nacional.
En caso de Siniestro Total
Otra de las consecuencias de conducir un coche de más de 10 años está relacionado con el valor venal del vehículo. Entendemos por valor venal de un vehículo en valor residual del mismo tras un accidente de tráfico. El valor venal de un vehículo empieza a verse reducido a lo largo de la vida útil del mismo de tal forma que llega un momento que suele resultar absurdo asegurarlo a todo riesgo porque el valor venal es tan bajo que no compensa el pago del suplemento a todo riesgo. Y es a partir de los 10 años cuando el valor venal se reduce drásticamente. Por eso en la mayoría de los accidentes en el que se ven implicados vehículos viejos el resultado suele ser el de siniestro total….
Esto no significa que haya que desprenderse del vehículo, sino que simplemente el seguro responde con dicha cantidad a ese siniestro.
Sin embargo esto cambia cuando la culpa del accidente es de otro vehículo. Entonces el conductor no culpable si puede exigir la reparación de su vehículo aunque su coste supere el valor venal y si la diferencia es demasiado elevada al menos puede solicitar el valor de afección que es el valor real de dicho vehículo en el mercado de segunda mano, que es superior normalmente al valor venal que se establece en función de las tablas Ganvam que son las que se usan para tasar los coches y las motos.